Heisler Vaamonde*
Debatiendo con uno de nuestros hermanos cubanos de visita en Venezuela en le marco de la celebración del 1er festival Juvenil de Amistad y Solidaridad Venezolano-cubano; en nuestro trayecto del Fuerte Tiuna al Complejo Parque Central, y después de haber observado como nuestro equipo de baseball, les daba una “paliza” al equipo visitante, empezó el cubano a referirse al nacimiento de la revolución y en donde nace la revolución bolivariana, es decir, donde se gesta el proceso revolucionario que se lleva en Venezuela. Mirando hacia los cerros que rodean el valle de caracas, iluminados por la oscuridad de la noche, se refirió después, a la importancia de estos en el por venir de la revolución democrática-bolivariana, asimismo, se refirió a los valores esenciales que debían sostener esta revolución, como la moral y las luces que fueron principios profesados por nuestro Libertador Simón Bolívar.
Yo por mi parte, comencé a discutir con él, y coincidí en que ciertamente, el pilar de la revolución venezolana, estaba mas en ese pueblo del cerro que en los apartamentos clase media; coincidimos también, en que sin moral ni luces, no hay proceso revolucionario que se sostenga. En fin mi ilustre amigo y mi persona, coincidimos en que la esencia fundamental del proceso revolucionario estaba esta en la educación.
De repente, empecé a extenderme en mi discurso improvisado, hasta que salio el tema al que hago referencia en el titulo de esta reflexiones, la moral y las luces en la revolución bolivariana.
En el transcurrir de nuestra amena conversa, surgieron varias incógnitas: ¿Qué es la moral en la revolución bolivariana?; no obstante, habíamos debatido sobre que la base ideológica de aquellos cerros debía estar sentada irrestrictamente en la moral y las luces de Bolívar como mentor de este proceso.
Yo, en el debate, sostuve que para saber que era la moral, teníamos primero que saber cual era la visión moralista del Libertador; después como consecuencia, en segundo lugar obtener las herramientas que nos permitirían sacar las conclusiones acertadas sobre el tema en cuestión.
El debate se distorsionó y cambio, pero quedo en mi mente, aquello de la moral y las luces de la revolución bolivariana, que para los cubanos pareciera estar muy claro, pero que en nosotros, aun sumidos en un mundo conservaduriíta, no.
Para tener una idea clara sobre nuestra disyuntiva, tenemos que tener presente, la historia como elemento imprescindible en la búsqueda de una respuesta a nuestras preguntas. Es en el contexto histórico, que nos damos cuenta que no es la moral religiosa la que signa el destino de una revolución libre y creyente del amor, como premisa. Asimismo debemos tener presente, que la nuestra revolución nace el 17 de Diciembre de 1830 [1].
¿Qué es la moral? Esta es confundida en algunos casos, con lo que es malo o bueno; con lo que es normal y anormal; con lo que es y lo que no es; etc. La moral no es otra cosa que la actitud de un individuo hacia algo o alguien en función de beneficiarle o perjudicarle, esto determina como consecuencia lo que es moral y lo inmoral.
La moral desafortunadamente, se ha llevado a un nivel de degradación tal, que la sociedad concibe lo inmoral como moral y viceversa. Y en esto han contribuido los postulados de las enseñanzas religiosas. Como alguien dijese por allí, “La religión es el opio de los pueblos”, que traduciéndolo y llevándolo al contexto actual, es esta en definitiva la droga que destruye a las sociedades.
Si no se tiene una buena moral, es absurdo pensar en que se tienen luces, para comprender el entorno y en lo que habita y coexiste, aun históricamente.
La moral, en fin representa la base filosófica-ideológica de las acciones humanas.
Si la moral dice: “hay que comer carne porque esta provee al cuerpo de los nutrientes necesarios para contribuir al desarrollo integral de los individuos”, la luz seria, entonces buscar donde hay carne para proveer al ser humano de dichos nutrientes “necesarios”, para el desarrollo integral de los mismos. Claro que no nos comeríamos entre nosotros mismos, ya que a la vista del “moralismo”, esto seria “inmoral”, quitarle
Igualmente ocurre con las plantas. Estas cumplen un servicio importantísimo, aun más grandioso para el desarrollo integral del ser humano, que los animales.
Científicamente está comprobado, que somos herbívoros, es decir, nuestro organismo “esta diseñado” para el consumo de plantas y no de carne animal, lo que trae como consecuencia lógica, daños en nuestro organismo y problemas digestivos. Pero cuando escribo sobre el daño que también le es atizado a las plantas, los planteo desde otra perspectiva, que es la trivial y frívola del comportamiento de humano.
Es “moral” para algunos cortar premeditadamente sus jardines, con el “objeto” de presentar a sus visitantes una vista hermosa de los mismos, y sentirse orgullosos de los bellos que son. Sin embargo esta actitud es ilógica.
“Se supone” que las plantas nos proveen de oxigeno, este es necesario para el proceso de respiración humana y animal, entonces podemos deducir que, el cortar las plantas por el mero hecho de lo banal y lo frívolo de lo humano, estamos cayendo en la ilógica, ya que estamos atentando contra nosotros mismo; es ilógico atentar contra aquello que nos provee de la vida.
Pues analizando el debate que sostuve con este cubano, comprendí y me aferre a mis creencias, las que considero llenas de mucha lógica ya que soy un ser humano provisto de conciencia y razón [2]; asimismo, llenas de mucha moral, porque lo inmoral esta en atentar contra el otro y lo moral el contribuir a su desarrollo.
Chávez en muchas ocasiones nos expones en sus múltiples alocuciones, discursos y en el propio Aló Presidente, la moral de la revolución bolivariana, que no es otra que la que se plasma en el contenido integro de
Estos principios nos dan las “luces” para saber y comprender; aun aquel cuyo nivel educativo curricular no es el mas optimo; aun aquel que se encuentra estudiando; y aun aquel que es profesional, que es importante, educarse y formarse, ayudarnos entre nos, buscar orientación e informarnos, con amor, justicia y comprensión como actos de solidaridad que se traducen el en mejoramiento de sus calidades de vida lo que conlleva a su dignificación.
Terminada esta reflexión sobre lo moral e inmoral, surgió entonces otra incógnita, ¿Qué son las luces? Es importante resaltar que si poseemos moral, tenemos luces. Pero ¡¿Qué son las luces?! La educación; lo que se aprende en la casa, en el colegio en sus diferentes niveles de graduación y las experiencias personales.
Pero la revolución enfrenta uno de sus más intrincados desafíos, que es la transformación del Sistema Educativo Venezolano. Sin educación, es imposible concebir una revolución; sin educación sobre revolución, es imposible sostener una revolución; sin una educación revolucionaria, es imposible proteger una revolución. La revolución bolivariana, por lo antes expuesto, se sostiene en el pilar fundamental del desarrollo social como lo es la educación. Es por ello que aun a 4 años de la promulgación de
En fin, si todavía mantenemos como moral lo que es en realidad inmoral, y seguimos recibidos instrucción académica contraria a los valores humanistas, de justicia, solidaridad e igualdad basándose los mismos en el conservadurismo de
Es necesario construir una Agenda Alternativa de Educación, que desplace los viejos esquemas de la educación venezolana; esta impide el desarrollo de las capacidades intelectuales, artísticas, deportivas y hasta políticas; es necesario concebir y profundizar en un nuevo concepto de MORAL para la revolución bolivariana, porque seria ilógico hablar y profesar inclusión cuando en la practica, la exclusión es la premisa.
Debemos cuidar que nuestra constitución no se convierta en letra muerta, porque si llegamos a eso, se acaba la revolución, la quinta republica seria solo el cambio de constitución.
Por siempre y para siempre
Heisler Vaamonde
* Director Nacional del movimiento Gay Revolucionario
Nota:
[1] Efemérides: Santa Marta, 17 de Diciembre de 1830, Muerte del Libertador Simón Bolívar.
[2] Declaración Universal de los Derechos Humanos, Art. 1
No hay comentarios:
Publicar un comentario