#AsíAndamos! [Editorial del 1er. Vocero de @el_BSULH]

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es Tierra de #Paz, #Alegría y #Prosperidad. Bienvenidas la Humanidad a ser parte de la (r)Evolución Cultural e Intelectual que le merecida desde largo tiempo; ya nada podrá impedir este salto vital, existencial de ésta. De ello, depende nuestro destino en el Universo.

viernes, 8 de junio de 2012

Como salir del closet y no morir en el intento


Como salir del closet y no morir en el intento

* ¿Cómo ser gay y, a la vez, renunciar a los intereses de clase, heredados, familiares, laborales, etcétera?  -  Paco Vidarte
Por: PAUL IBARRA
Ser gay, lesbiana, no se diga transexual o transgénero, implica ir contra el sistema. Fuimos educados para ser heterosexuales, casarnos, ver la televisión, ir a la iglesia, trabajar en alguna empresa “importante” y ser felices para siempre. Sin embargo, ¿quien de nosotrxs está interesadx en vivir de esta manera?
Hace unos días un amigo me comentó, “yo no digo que soy gay porque si no pierdo, antes lo hice y fui relegado de mi círculo de amigos, ya no me toman enserio”. A lo que respondí, si te sigues escondiendo avalarás su postura de que ser gay  o lesbiana es un acto que merece el exilio, la segregación social, y te hace caer a varios peldaños inferiores a los estándares en el estatus quo.
El actual sistema oprime al disidente, al gay, a la feminista y a uno que otro rojillo sobreviviente del viejo partido comunista. Sé que suena a discurso desgastado del Peje, pero en realidad vivimos en un closet muy cómodo. Abierto, pero closet. O ¿acaso las clases subalternas LGBT disfrutan de los beneficios de este sistema diseñado por y para las elites? Por ejemplo, una mujer trans que trabaja en el Eje Vial todas las noches por no más de 200 pesos, con los riesgos que la labor sexual acarrea, sin posibilidad alguna de desarrollo, y con desarrollo no me refiero al que plantea el sistema capitalista (una casa del INFONAVIT, un automóvil, 2 pantallas de plasma e internet de alta velocidad), me refiero al desarrollo como persona, que pueda ejercer con libertad sus derechos, libre de transfobia, con acceso integral a los servicios de salud que el Estado está obligado a garantizar.
Aun no sé si es conveniente o no la adhesión a esta estructura política, Paco Vidarte se preguntaba y ahora yo les pregunto, ¿el que la comunidad LGBTTTI acceda a la estructura política es una práctica transformadora? ¿Las leyes promovidas por los colectivos generan comunidades libertarias? ¿Existe visibilidad de las demandas de los sectores populares LGBTTTI? ¿Quieren casarse las trans, lxs inmigrantes, lxs trabajadorxs sexuales, cartonerxs, obrerxs, chacales, del campo de la disidencia sexual?
Existe una lucha desigual entre los grupos hegemónicos y los subalternos. Es aquí donde entra al quite el closet. Xabier Lizárraga menciona que “el closet es el aval para resistir al influjo circunstancial que nos permite sobrevivir y morir devaluados por defender la tranquilidad estatal. Nos humillamos ante los demás porque suponemos que hay menos del 5% de nosotros, y esto nos convierte en anormales”. Nos ofrecemos al chantaje, dejamos de hacer lo que nos gusta por satisfacer al orden social.
Hace tiempo me corrieron de un colegio sólo porque me llevaba bien con el alumnado por que les hablaba de sexualidad, les regalaba condones y obvio porque nunca negué ni oculte mi orientación sexual. También, mi padre me pidió abandonar su casa porque en su comunidad religiosa le habían llamado la atención por convivir con “una persona como yo”.
“Esto de la homofobia en un horror. Nadie se levanta pensando en que las próximas veinticuatro horas estarán sometidas a la implacable heteronormatividad. Pero la homofobia tiene su punto a veces, es muy molesta. Y nunca es noticia.” (Vidarte, 2008) Salvo en contadas ocasiones como la marcha gay, el día contra la homofobia o cuando matan a un compañero. Pero diario en las escuelas, niños y niñas son agredidos por sus compañerxs por el hecho de tener conductas que ellos consideran “anormales”. Diario gays, lesbianas, bisexuales, transgénero, son humillados en sus familias, trabajos, escuelas sólo por el hecho de no ser heterosexuales. Esto no es noticia. Es así y punto.
“Hay que joderse con la homofobia. Desde que nos levantamos, cada hora, cada minuto, cada segundo la homofobia está ahí. El heterosexismo no deja de ejercer su poder. La transfobia nos aplasta contra el centro de la tierra. Y tampoco es noticia”, menciona Paco Vidarte (2008).
Los gay, lesbianas, trans, siempre hemos sido un grupo vulnerable por alguna razón, por La Razón. Y no el periódico, no, nunca faltan razones para madrear a una vestida ¿verdad? “Lo mismo que la razón es patriarcal, también es heterosexista, homofóbica y nos amordaza cuando queremos usarla porque fue inventada para acallarnos y masacrarnos. ¡Ojo con la razón!  Hay que cortocircuitarla, si  algo es demasiado sesudo y racional, probablemente sea heterosexista y homofóbico. La razón ha supuesto siempre nuestro genocidio. La razón llevada al límite conduce a la opresión y al exterminio. Una cosa es lo justo y otra la razón, y otra lo justo de razón. Y con lo justito de razón se pueden hacer muchas cosas y romper el bloqueo racional al que nos somete el poder.”
Por cierto, antes que me critiquen diré que en mis textos acostumbro omitir el género del adjetivo, en vez de “a” u “o” utilizo una “x” como una manera de incluir a todas y todos en una sola palabra. Va contra la norma, en la Real Academia Española me van a fusilar, no ganaré ningún premio de redacción. Pero lo mismo decían cuando creían que la Tierra era plana o que fuimos creados del lodo. Por lo que algún día estas medidas (no inventadas por mí) utilizadas por muchos activistas pro equidad de género serán regla a nivel ciencias del lenguaje, de eso no tengo la menor duda.
El placer del texto es ese momento en que mi cuerpo comienza a seguir sus propias ideas —pues mi cuerpo no tiene las mismas ideas que yo—.
Roland Barthes

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